Libros, palabras, objetos

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Libros, palabras, objetos 〰️

Por Aicris

En el principio no existían los objetos.
Pero el hombre dijo:
¡Háganse!
Inventó entonces, ruedas, agujas,t ijeras, botones, lápices, papel y libros.
Dio toques mágicos al hacer de ellos objetos decorativos, para adornar su paso por la Tierra.
Los hizo útiles, dinámicos y los convirtió en herramientas que le ayudaron a aumentar su fuerzas y destrezas para explorar y dominar lo desconocido, que le parecía inalcanzable y tenebroso.
Los objetos cambiaron en el hombre la visión y la forma de vivir.
Los usó para brindar belleza, comodidad y como herramientas, los volvió poderosos ,crueles y a la vez y confiados en que su poderío y creatividad estarían guardados y protegidos con cada objeto inventado.
La lista de los objetos es infinita por sus usos y por el tiempo.
Cada época traería nuevos, llamativos y curiosos objetos que iban justificando su existencia, en la medida que se necesitasen y usasen.
Ellas, ellos, se convirtieron en objetos mágicos del diario vivir.
Pero las refulgentes luces de utilidad y uso de los objetos,también serían un engaño para los hombres, porque cimentaron su fortaleza en ellos y en momentos creyeron ser dependientes de los objetos.
creados. Como herramientas de poder aumentaron en los hombres sus flaquezas. Les ganó la pereza y el facilismo y por supuesto la inutilidad.
Llegaron incluso a creer que no podrían realizar ninguna actividad,sin los objetos-herramientas que ellos mismos habían creado.
Los objetos, puestos allí en cada rincón donde el humano habita, justifican su existencia porque tienen un pasado, un presente y un futuro, al lado del uso que ellos les dan.
A veces pareciera que actúan como humanos.
Cuando son alegres y bulliciosos cual campanas musicales o son dinámicos e intrépidos como las sofisticadas máquinas que se usan para mover y transformar todo.
A los objetos les gusta explorar nuevos lugares donde puedan ser usados y a la vez hacer de su existencia un peregrinar al lado del hombre.
Algunas objetos son sencillos y cuando van perdiendo el uso se desvanecen en el tiempo y el olvido y son reemplazados inmediatamente por otros objetos más avanzados y modernos.

Otros objetos con nombres rimbombantes se ufanan de ser herramientas demasiado esenciales, porque harán las vidas de los humanos más fáciles y cómodas.
Esta faceta de esencialidad hará al hombre crear más, mover lo que pareciese inmovible y transformar lo que parecía intrasformable. Todas estas característica los presentan a los objetos como súper piezas de un valor incalculable.
Pero finalmente por su exagerada utilidad caerán en el cotidiano hastío del uso.
Porque incluso hasta ellos los más grandiosos,siempre les ganará la modernidad y obsolescencia.
Y si una vez ocuparon un espacio importante para ser usados, algún día se convertirán en chatarra que será expulsada lejos del hombre, del planeta y en el espacio sideral donde será otro objeto más, que una vez fue útil y ahora es contaminación.
Pero a pesar de ser los objetos solamente cosas y nada más que cosas, están de acuerdo en reafirmar su necesidad y utilidad para un fin. Además en un momento determinado creyeron que eran únicos en su especie.
Hemos hablado de los objetos en general, pero ahora centraremos nuestro interés en una objeto trascendental.
Y lo digo así porque su existencia es de una importancia tan grande que merece no solamente ser observado como simple objeto, merece, sino ser considerado como algo más allá de lo común y tratado con realeza.
Les presento a su majestad el libro.
Este objeto es tan especial porque es un puente entre lo material y lo orgánico, entre lo real y lo fantástico y además
está formado de miles de hojas, llamadas páginas de naturaleza que se ha hecho objeto con aroma y suavidad para enamorar a ese ser que lo mira, mima y lee. El libro se propone seducirlo con su belleza y brindarle noches de ensueños, sabidurías y enseñanzas. El libro es un viajero incansable, atemporal, que lleva como maleta un cuaderno de papeles, que tienen la esperanza de ser útiles al hombre en cualquier momento de su peregrinar por el cosmos.
Y aunque se piense que los libros pueden llegar a ser memorias frágiles por su esencia de papel, no se deben ignorar, porque si algunos se destruyen, otros libros estarán dispuestos a emular a sus antecesores y, cual ave Fénix, harán renacer las cenizas de las páginas perdidas. Estas saldrán nuevas y enriquecidas con más enseñanzas.
Sencillamente el libro será siempre inmortal, porque sabrá adaptarse al tiempo y al continuo fluir de las cosas .
A través de ellos, se ha imprimido la persistencia y el genio creador de los humanos. El libro está lleno del arte, la belleza y la genialidad creativa de ellos y lo sigue invitando para que siga dejando allí su legado.
Este objeto es el instrumento donde ha narrado y dibujado sus sueños, y por supuesto sus hazañas se enaltecen con cantos y poemas escritos en él. Los libros han sido encargados de inmortalizar ese cúmulo de conocimientos y actitudes que testifican el incansable buscar para crear, transformar su vida y entorno .
Son testigos de la búsqueda del bienestar humano, y este a su vez se ha propuesto hacer de este objeto una obra de arte.

En su creación se esmeró por tallar y dibujar sus tapas y sus lomos.
Luego el hombre mirando al cielo buscó la sabiduría y sortilegio para imprimir dentro de sus páginas sus ideas, relatar sus vivencias y enaltecer con bellas palabras la obra maravillosa del creador.
El libro se sintió frágil por su belleza pero a la vez fuerte y sabio como su creador.
El hombre siguió enalteciendo su presencia al escribir obras magistrales y de mucha variedad.
Convirtió al libro en el horcón de sus riquezas literarias, en la certificación de su creatividad con cada idea que escribió en sus hojas con cada boceto que dibujó, llenándolos de coloridos y fórmulas mágicas que después él mismo en algunos momentos de locura arrancó, estrujó y convirtió en simples bolas de papel.
Pero la sabiduría que estaba allí impresa, guardó silencio y ordenó a su otras hermanas, las páginas, esperar para volver a crear. Podría pensarse que hay un soplo divino de paciencia y comprensión en este objeto literario y ha entendido que la genialidad humana es infinita, variada y loca.
Mientras que los demás objetos están para suplir las necesidades humanas, en los libros, los cuadernos, y las páginas, se ha dado autenticidad a lo creado y es la base para imprimir las ideas y dar constancia del nacimiento de cada objeto. Los libros se sienten satisfechos porque creen haber prestado a los objetos un utilísimo favor, al guardarlos en sus registros gráficos.
Se siente alegre porque ha convertido los ratos de ocio y soledad de los humanos en momentos gratos de reencuentro consigo mismo. Mientras se viaja por cada pagina de un libro, te sorprende y maravilla tanta sabiduría impresa, con signos ancestrales que solo los humanos pueden crear y entender para establecer una comunicación con el universo.
El regalo que un libro da al humano son páginas en blanco, para que plasme la belleza que lo rodea, para que viaje con cada lectura y para que escriba su sentir. También le quiere hacer notar que él es un instrumento de equilibrio, del espíritu humano y la naturaleza.
Todos los libros son un homenaje silencioso a los recuerdos y enseñanzas que no se deben borrar.
Además en sus páginas queda patentado y autenticado la razón de ser de cada objeto y el registro casi inmortal de que alguna vez existieron. Y a su vez el hombre lo impregnó de magia para que verdaderamente se convirtieran en los talismanes que abren las puertas al mundo real e irreal. El hombre se sintió satisfecho por haber creado una herramienta muy versátil como su pensamiento, y lo consideró un amigo de confianza para guardar sus otras valiosas creaciones.
Es por eso que hoy todos los objetos hacen una hilera para victorear y aplaudir a su paso a aquel que ha legitimizado la existencia de cada uno de ellos.

Cali, abril de 2022.